“Es necesario que pongamos el dedo en la llaga, para no volver a ponerlo jamás sobre la espalda de las víctimas, de sus familiares, de la sociedad y en general de toda la comunidad cristiana”, afirmó un editorial de la Archidiócesis de México.
“Es necesario que pongamos el dedo en la llaga, para no volver a ponerlo jamás sobre la espalda de las víctimas, de sus familiares, de la sociedad y en general de toda la comunidad cristiana”, afirmó un editorial de la Archidiócesis de México.